Las permutas que cambian tu vida


Todo comenzó hace un año...

Zoe era una mujer poco convencional y nada supersticiosa. Si se daba de bruces con una escalera, cruzaba de acera. Si veía un gato negro, se santiguara siete veces. Si divisaba el número 13, salía corriendo. De repente, se encontró bajo una escalera con un black cat ronroneado cerca, justo horas antes de comenzar el año 13. ¡Horrorrr!!! se dijo a sí misma estirándose de los pelos. 

Pese a ello, llevaba tiempo fantaseando con adquirir el status de “juntaletras”. Se puso manos a la obra. Antes, debía cambiar algunos hábitos nefastos de su vida. Canjeó las clases de Pilates por Yoga. Con esta permuta, no sólo aparcó a picajosas y gomosos porteriles que no le favorecían en absoluto, sino que conoció a personas verdaderamente interesantes.

En enero, se preparó para salir de casa; eso del trece lo llevaba fatal. Pero, tenía que venderse. Se nutrió de un listado de editoriales viables para la publicación de una de sus novelas. Pasó el rasero y se quedó con un puñado de guijarros interesantes eso creía.

En febrero, diseñó una carta de presentación que remitió a los editores seleccionados. Para su asombro, tres días después, le contestaron afirmativamente: su novela vería la luz. La presentación sería en abril. Por otro lado, le publicaron un microrrelato y un poema en un proyecto conjunto.

En marzo, se comió las Fallas entre pasodobles y tecleos de ordenador. Empero, remitió “la agraciada” a su editora con una modificación profunda: “no hay problema por esa fruslería. Se publicaría como toca” le dijeron. Otra de las muchas mentiras.

En abril, cada persona equivalía a 13€ ―el coste de su novelita. Si no quieres trece, ¡toma otro!. Beneficios, 1’10€ por ejemplar. Tras la presentación, debía pagar la edición y su bolsillo estaba más seco que la mojama. 72h antes del evento, manda a tomar por viento al delegado de la editorial: el falso tiralevitas insultó a su público y a su barrio. Por suerte, un caballero le echó un capote divino. Zoe se sintió reina por un día. Pese a que la lluvia parecía una maldición bíblica, la sala estuvo a rebosar. Ella, pletórica.

En mayo, unas flores se marchitaban y otras florecían.  La Feria del libro fue una kk apta sólo para los Tops Ventas. Sin embargo, valoraban sus publicaciones: su blog entró a formar parte de la revista digital Culturamas. A la par, sus lectores le explicaban lo que más les había gustado o disgustado de su novelita. Amén, de contarle los vericuetos personales para futuros cuentos. Fue confortable y muy gratificante. Por primera vez, Zoe se preguntó si a las vacas sagradas les sucedía lo mismo.

En junio, cayeron los primeros chaparrones: su novela no llegaba a ningún lugar de España por mucho que sus editores publicasen lo contrario. No hablemos del extranjero; unas amigas intentaron comprarla a través de Amazon. Imposible, los costes eran salvajes. Un sentimiento de testigo de Jehová vendiendo biblias, creció en su interior. No sabía si reír o llorar.

La canícula se la comió, integra, rectificando un manuscrito de corte calambur literario. Otro de sus defectos o virtudes según se mire― era la testarudez. Su disciplina la llevó a sentarse en el ordenador (exclusivamente para trabajar) tres, cuatro o cinco horas diarias. ¡La paya tenía unos bemoles de narices! Un calor asfixiante y ella a lo suyo.

En septiembre, volvió a la caza de editoriales, agentes literarios, concursos… No tenía claro qué hacer con esa fábula de aventuras e ingredientes tan seductores como adictivos: romanticismo, galanes, Próximo Oriente, secuestros, papiros antiquísimos y enigmas. Ante la incertidumbre, aparcó el apetitoso mamotreto en un cajón.

En octubre, se dijo así misma que lo suyo era el género policiaco. Le dio por escribir la segunda parte de la novela publicada. A finales de mes, se la regaló a su gran amigo. Éste, alucinó. Máxime cuando la leyó. El erotismo había disminuido a favor de los revólveres y los homicidios. A Zoe se le daban de maravilla los psycho killers. Otro legajo que guardó.

En noviembre, rompió el contrato editorial. Su novela seguía sin pisar los centros comerciales, aunque estuviera encargada. Para colmo de sus males, entró en Amazon y vio otro folletín con el mismo nombre que el suyo. ¡Joder con el trece! se explayó a grito pelado. No todo era malo, recibió un email solicitando su colaboración semanal y en exclusiva, para una Web erótico-pornosoft. A Zoe le entró la risa floja. Oportunidad que no dejó pasar.

En diciembre, contaba con más de 4.000 “faceamigos”. Amén, de hacer pinitos en otras redes. Nunca había hecho balance anual. Empero, éste, lo hizo. Un año más que movidito y cargado de sorpresas en el que había conseguido más cosas de las que nunca hubiera imaginado. Todo un récord. Había llegado el momento de creer en sí misma.

Ya no huiría de los treces, ni de las escaleras o los chats noirs.

Gracias a todos. Gracias 2013


Anna Genovés
21/12/2013
21:12h

Derechos reservados a su autora
© Anna Genovés










…”Vio el dedo de la muerte posado en su pecho, y supo que, como la efímera, había sido creada perfecta en su hermosura sólo para morir; pero, para ella, los terrenos de tumba se reducían a una consideración que me reveló una tarde, a la hora del crepúsculo, a orillas del Río de Silencio. Le dolía pensar que, una vez sepulta en el Valle de la Hierba Irisada, yo abandonaría para siempre aquellos felices lugares, transfiriendo el amor entonces tan apasionadamente suyo a otra doncella del mundo exterior y cotidiano. Y entonces, allí, me arrojé precipitadamente a los pies de Eleonora y juré, ante ella y ante el cielo, que nunca me uniría en matrimonio con ninguna hija de la Tierra, que en modo alguno me mostraría desleal a su querida memoria, o a la memoria del abnegado cariño cuya bendición había yo recibido. Y apelé al poderoso amo del Universo como testigo de la piadosa solemnidad de mi juramento. Y la maldición de Él o de ella, santa en el Elíseo, que invoqué si traicionaba”…

Extracto de Eleonora

EDGAR ALLAN POE










Vida inerte


mientras sangra la memoria

los ojos vuelan

los cables, los neones

los edificios y las vidrieras

vida inanimada

muertos con lágrimas negras


mientras sangra la memoria

la vida se torna díscola

existencia empañada

sin luz, sin amor

dos cuerpos disueltos

en la soledad temprana

organismos que se acaban


los edificios se caen

los neones no cantan

los cables no alumbran

las neveras no hablan

el trabajo agotado

la mente desplomada

las calles de asfalto

mirando la nada


oscuridad anticipada

caras que mienten

sonrisas estiradas

pisadas ausentes

sigilos que truenan

vida paralizada

uniforme eterno

que absorbe sentimientos

y fragmenta la tierra


una mente sangra

la otra se dispersa

charcos de lodo eterno

vida imperfecta

puertos cubiertos de tierra

mares de neuralgias

una mente sangra

la otra se ausenta

reloj desigual

de horas eternas


nada les une

la vida es neutra



Anna Genovés
21/12/2013

Asiento Propiedad Intelectual
09/2013/2206


Vida inerte

by on 18:18:00
…”Vio el dedo de la muerte posado en su pecho, y supo que, como la efímera, había sido creada perfecta en su hermosura sólo...




…”Bull resopló; nunca prestaba atención a las salidas de Jane aunque las oía. La relación entre él y su mujer era de lo más extraño: hablaban toda la noche; a Bull le gustaba vigilar la puerta y hablaba sin parar con su melancólica y monótona voz, ella intentaba intervenir, pero nunca podía; al amanecer él estaba cansado y entonces Jane hablaba y él escuchaba, resoplando y haciendo fuuu por la nariz. Ella le amaba locamente, de un modo delirante; no había muestras externas de cariño ni remilgos, sólo conversación y una profundísima camaradería que ninguno de nosotros conseguía penetrar. Algo curiosamente frío y antipático que entre ellos era de hecho una forma de humor a través de la que se comunicaban mutuamente sutiles vibraciones. El amor lo es todo: Jane jamás estaba a más de tres metros de Bull y nunca perdía palabra de lo que decía, y eso que él hablaba en voz muy baja”...

Extracto de En el Camino

JACK KEROUAC









Montañas de asfalto



Una capa nívea se desliza en las cumbres

Los abetos chispean gotas azucaradas

Los pájaros no dejan sus nidos

Los roedores se esconden en las cuevas santas

Mordeduras de serpientes debilitadas

Felinos que agotan su comida en la manada

Hombres que cazan por el día

Mientras la noche se cierne en la tarde blanca

Disparos inconexos

Agua clara, escarcha

Vida endurecida en lo alto de las montañas

Manjares suculentos que no hablan

Piñas carbonizadas en la hoguera humana

Osos que invernan

Mientras tú miras por las ventanas que no limpias

Los suelos que no lavas

Los platos de plástico que utilizas

Y la vida que se marcha

La mariposa no huele a hembra

Fragancia a naftalina barata

El miembro viril no se excita

Montículo sin crema salada

La habitación no huele a sexo

Entre efluvios volátiles y pezones ribeteando la mañana

El invierno nos sacrifica

Decomisando los huesos de cristal biselado

En una casa postrada

Los dedos se agitan entre las teclas baldías

Y las pantallas mojadas

Invernamos en nuestras moradas

En las montañas de asfalto o en las cimas heladas




Anna Genovés
11/12/2013
Derechos reservados a su autora
© Anna Genovés
Prop. Intelectual
09/2013/2206




Montañas de asfalto

by on 21:12:00
…”Bull resopló; nunca prestaba atención a las salidas de Jane aunque las oía. La relación entre él y su mujer era de lo más extraño...






El tiempo muere

El tiempo muere cada día, distorsiona la mente de quien lo mira. Las entrañas traspuestas en una noche marchita. Los cuerpos hinchados en una mañana vivida. Da lo mismo un falo que una vagina, un árbol que una flor. Un hombre joven o una mujer caduca. Las horas se suceden y seccionan tu carótida. El humor se diluye en las botellas de alcohol, en los somníferos que consumes para olvidar el adiós, en los aperitivos que no tomas, en los libros que nunca lees. Las nubes llueven fuego y los glaciares se incineran. En lo alto de las montañas está la tierra. En el fango el aire cálido surca los rostros. Seres inanimados que poseen tu mente, tu cuerpo, tu todo. Cibernética que descuaja identidades, supuran los hematíes por las pantallas de látex. Pitillos que son colillas en labios agonizantes. Semen que cubre la semilla, sin fruto que lo mima. La vida se apaga en un lunes maltrecho, un martes que huye, un miércoles que deflagra, un jueves que golpea, un viernes que llega, un sábado que te ama y un domingo que te degüella. El mundo es un engaño recubierto de oropel. El anciano es un niño con cara de pena. El helado se derrite sobre la acera; resbala la crema hasta la alcantarilla. Abajo esperan bocas que no son vistas. No existe nadie: es una pesadilla; un mal sueño. Tu mente hace aguas como un barco que naufraga en medio de un océano helado. La sangre no fluyen por las venas: las arterias son de caramelo, quieres lamerlas pero se van con el viento. Y te quedas en una esquina sin tus tebeos. Apuestas a la loto y a la quiniela. Tus manos quedan vacías, tus pies a la espera. Te levantas una mañana, sin rostro en el espejo. Te levantas y huyes de ti mismo sucumbiendo al agujero. Allí nadie te lastima, nadie te miente. Estás dentro de una cuna de roble con símbolo de hierro. En un monte: el camposanto. Tras una lápida con tu nombre: eres un muerto.

© Anna Genovés
06/12/2013


El tiempo muere

by on 19:19:00
El tiempo muere El tiempo muere cada día, distorsiona la mente de quien lo mira. Las entrañas traspuestas en una noche...





Sueños de perdedor


Engaños acorralados en un mundo paralelo, cómplice sin saber el porqué. Escuchado palabras mudas que nadie oye y que interceptan tus oídos como gotas de café. Negro es el mundo, la vida, el día que naciste y que después se fue. Oscuridad que se aproxima por los arcenes, las carreteras secundarias, los caminos forestales, los ríos sin agua y el mundo que no ves. La vida es una mentira y tú un engaño traducido al inglés, aunque hables chino y leas los posos de té. El cielo está enladrillado con harapos; sus vulgares tesituras se disipan por el cosmos antes de las tres. El sueño llega tardío: blasfemo, lleno de sucesos inciertos que no llegas a comprender. Mientras ―en la basura―, tu vecina busca algo para comer. El copistero reproduce tus días como un autómata. El quiosquero vende tu imagen una mañana triste en la que tu rostro está descompuesto. La farmacéutica mercadea las drogas que consumes. La pista de pádel espera tu raqueta entre el verde del suelo y la red, por donde se escapan tus sentimientos de hiel. Las timbas se ocultan en la piscina; en vez de jugar al póquer te conviertes en un pez. Tu piel escamada inhala bocanadas de aire. El bar de la esquina ahoga su whisky en la copa que no bebes, el cigarrillo que no fumas, los cacahuetes que no devoras, las mesas que no usas... Llega la vejez. Bucólico, deprimido, ausente y fatídico. Quiebras los huesos de cristal en los pañales que devastan tu entrepierna; deteriorando cada segundo de tu vida mísera, insana y necia. Anciano que discurre por el agujero negro y salta al universo paralelo donde no existe tu alter ego porque tu alter ego eres tú una y otra vez. Una y otra vez. Una y otra vez…



Anna Genovés
30/11/2013

Derechos reservados a su autora
©Anna Genovés



Sueños de perdedor

by on 20:02:00
Sueños de perdedor Engaños acorralados en un mundo paralelo, cómplice sin saber el porqué. Escuchado palabras mudas que...





Mi primera etapa con este magnífico portal erótico espacial para mujeres, finalizó el pasado 20 de febrero.

El motivo: necesito tiempo para dedicarlo a mis futuros trabajos editoriales.
No descarto la posibilidad de volver a colaborar con ellas. Me he sentido muy cómoda trabajando con ellas.

Gracias, Anna Genovés








Reflexiones



A lo largo de mi vida, he renunciado a muchas cosas por el qué dirán o el qué pensarán de mí. Mi tren ha recorrido demasiados vagones y, en estos momentos de incertidumbre económica, el tiempo se me acaba.

Me hubiera gustado que una revista papel/digital me hubiera hecho una oferta para que les escribiera artículos: “noir”, románticos, moda, actualidad… Pero, no ha sido así.

Sin embargo, una iniciativa novedosa e interesante de temática erótica, ha llamado a mi puerta. Pasionis está creada por un grupo joven de mujeres periodistas: profesionales y cualificadas. De ahí su éxito.

Este es el primero relato ―se publicarán semanalmente―. Prensa Pasionis, el único portal erótico pensado por y para mujeres (aunque los hombres podéis mirar, leer y más... como nosotras).


RELATO ERÓTICIO Menáge à trois  




Anna Genovés
19/11/2013



Reflexiones

by on 20:02:00
Mi primera etapa con este magnífico portal erótico espacial para mujeres, finalizó el pasado 20 de febrero. El motivo: nece...



"En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida: sigue adelante". 

Robert Frost




* NOTA 12/11/2013

He rescindido mi contrato con la editorial SELEER. Bovary 21 no tiene compromiso editorial. 


* NOTA 06/12/2013

El escritor Georges Lewi ha publicado una novela con el nombre el nombre Bovary 21. 


* NOTA 12/03/2014

Bovary 21 está en el taller de reparaciones. Dentro de unos meses, volverá a publicarse completamente modificada.  


Anna Genovés








Poemas de Bovary 21


Me escuchas
me miras
me hablas
me abrazas



Descubro mi cuerpo
de la mortaja que lo tapa
el alcohol llena tu mente
en la intimidad de la cama



Después no soy nada
una figura de porcelana
una fuente seca
o una concubina barata



Los triángulos son peligrosos
y la aritmética,
nunca falla









Mujer de miles de rostros
escondida bajo un burka
azul o naranja, grotesco



Mujer lisonjera
deseada por todos
y amada por nadie



Mujer que busca y encuentra
que utiliza su sexo
instrumento de apero o ligereza



Mujer que asesina sin piedad
que se entrega hasta el final



Mujer que eres el bien y el mal
en una sola presencia



Mujer con un solo cuerpo
y una mente perversa



Anna Genovés

Asiento Propiedad Intelectual
09/2013/2206
Titulo de la edición original: Bovary 21
Autor: Anna Genovés
ISBN: 978―84―941―295―3―7
Depósito legal: MA 745―2013







2 poemas

by on 13:31:00
"En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida: sigue adelante".   Robert Frost * N...






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